TRES MISIONES Y UN PRESIDIO

Actual Parroquia San Juan Bautista
La misión de San Juan Bautista se fundó el día de San Juan, el 24 de junio de 1699, en el río de Sabinas, a veinticinco millas al norte de Lampazos, Nuevo León, con 150 indios coahuiltecas, pero meses después se reubicó el 1 de enero de 1700, a donde hoy está la villa de Guerrero, Coahuila.

Fue fundada por el sacerdote franciscano, Francisco Hidalgo, Antonio de San Buenaventura y Olivares y Marcos de Guereña de la Universidad de Santa Cruz de Querétaro, apoyados por un escuadrón militar al mando del capitán Diego Ramón.

El 1 de marzo de 1700, se estableció en el área una segunda misión, la de San Francisco Solano.

Un año después el virrey, respondió a las súplicas de los misioneros que pedían protección, creando una compañía volante bajo las órdenes de Diego Ramón y en 1703 la compañía volante se estableció, creando el presidio de San Juan Bautista de Río Grande.

Una tercera misión se fundó la primavera de 1702, la de San Bernardo.

Las tres misiones formaban un sólido triángulo. La misión de San Juan se reubicó en 1740 al oeste, a muy corta distancia del presidio, ya que el agua no era suficiente para el presidio ni las tres misiones, así que la de San Francisco Solano se movió en 1703 a 16 leguas al oeste, cerca de la hoy Zaragoza, Coahuila, pero se regresó en 1708 a la villa de San José, 5 leguas al norte de San Juan Bautista.

De 1700 a 1716, el presidio de San Juan Bautista era el más avanzado al norte de la frontera nororiental de la Nueva España, sirviendo de base para la exploración más allá del Río Grande.
La misión de San Juan Bautista fue la madre de las misiones de Texas.

Los soldados del presidio de San Juan Bautista mantuvieron las escoltas a los viajeros, sus suministros, campañas contra los indios, jugando un papel vital en las exploraciones.

Las nuevas regulaciones para presidios de 1772 trajeron grandes cambios para la misión de San Juan Bautista.

Con establecimiento de las provincias internas y la formación de una línea de defensa, las tropas del presidio de San Juan estaban continuamente envueltas en campañas apaches en el Bolsón de Mapimí y al norte del Río Grande.

El 22 de noviembre de 1772, el personal de las misiones de San Juan y de San Bernardo se transfirieron a la provincia de Jalisco, pero regresaron en 1781.

De 1790 a 1791, se habían bautizado en la misión de San Juan Bautista a 1,434 indios, tenía sólo sesenta y tres nativos bajo instrucción.

En 1797, varios ciudadanos del distrito solicitaron la división de tierras de la misión de San Juan Bautista, pero esto se logró hasta 1829, después de que México consiguió su independencia de España, hasta que las misiones habían sido secularizadas y se había completado la distribución de sus tierras.

Para 1810, en que se inició la guerra por la independencia, prácticamente habían dejado de funcionar las misiones.

El nombre del presidio cambió a Río Grande y un decreto legislativo signado en 1827, cambió el nombre de la población y su categoría, quedando como villa de Guerrero, para honrar al patriota Vicente Guerrero.

Del 10 de enero al 16 de febrero de 1836, la villa de Guerrero sirvió en el norte para los movimientos bélicos que organizó el general Antonio López de Santa Anna, para enfrentar las rebeliones en San Antonio de Bexar.

En marzo de 1842, Rafael Vásquez, se retiró a la villa de Guerrero después de sus correrías en San Antonio.

En junio de ese año, el general Adrián Woll congregó a sus hombres y sus cabalgaduras en el antiguo presidio y lanzó su invasión de Texas.

La última fuerza de la invasión vino a la villa de Guerrero durante la guerra de intervención norteamericana, cuando el 9 de octubre de 1846, el general John E. Wool, acampó su ejército proveniente de Chihuahua cerca del pueblo.

Después de la guerra, el tráfico cambió cada vez más a Laredo y Paso del Águila, hoy Eagle Pass, dejando a
la villa de Guerrero en el remanso, incluso aislado de Piedras Negras hasta la creación de la nueva carretera de Piedras Negras a Nuevo Laredo, que cruzó por la población en los años setenta.

La villa de Guerrero, tiene como centro la plaza de armas del presidio de Río Grande, los restos arquitectónicos de la misión de San Juan Bautista en ese momento, cada vez estaban más deteriorados.

Las ruinas de la misión de San Bernardo resistieron al tiempo, pero en la actualidad los restos de la misión de San Juan Bautista quedaron reducidos a un montón de tierra, gracias a la ambición de perturbados cazadores de tesoros, que apoyados por maquinaria pesada, arremetieron contra sus muros.

Un estudio histórico que se publicó en 1968, despertó el interés de algunos investigadores por el área de la villa de Guerrero, con tres misiones y un presidio, enfocando sus esfuerzos en su arquitectura, su arqueología y consolidando las investigaciones con las autoridades del Instituto Nacional de Antropología e Historia del Gobierno mexicano.

El sitio en donde estuvo la misión de San Juan Bautista fue excavado parcialmente, y restauraron las ruinas de la misión de San Bernardo.

Fuente: (A. Canales)